A menudo las enfermedades no son debidas a la transmisión de virus o bacterias, sino que a veces se desarrollan fruto del contacto diario con agentes que resultan patógenos para nuestro organismo. Es el caso de las llamadas geopatologías, patologías que suceden en una zona en concreto. Insomnio, cansancio y apatía son los síntomas más frecuentes.